LAS FUENTES GRIEGAS (III)
Para terminar el breve recorrido que hemos realizado por las fuentes griegas que mencionan a Tarteso, es necesario señalar que desde Herodoto, las noticias literarias que nos
hablan sobre el extremo más occidental del Mediterráneo se vuelven cada vez más
escasas. Se limitarán, como mucho, a revisiones y referencias de obras
anteriores. Como ejemplo de estas podemos citar los trabajos de Herodoro de
Heraclea (s. V a.C.), Teopompo (s. IV a.C), o también el conocido como «periplo de Pseudo-Escilax» (obra cuyo autor y
fecha de elaboración aún son inciertas) y las Historias de Éforo. Ninguno de
estos textos contribuye con ninguna novedad al conocimiento de Tarteso,
simplemente repiten ideas antiguas sobre la geografía del extremo occidente (García
Fernández 2003:36-38).
Este exiguo panorama literario, en lo que a Tarteso
de refiere, se mantendrá hasta el cambio de era. Pero será a partir de la
ocupación romana, cuando aparecerá en las fuentes un nuevo elemento que irá, desde entonces, de
la mano de la mítica cultura tartésica: el topónimo Turdetania.
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